Una chica india, fresca y ansiosa, se encuentra sola y cachonda. Sin una polla cerca, agarra un plátano maduro, lo pela y empieza a follarse como si fuera su último día en la tierra. Gimiendo, se lo mete, disfrutando cada centímetro, sus jugos goteando. El primer polvo de esta virgen es intensísimo, y disfruta cada segundo.