Después de follar a mi novia en la cama, no pudimos resistirnos a más acción. Dos mariquitas cachondas, nos metimos en la ducha, con el agua caliente chorreando mientras la penetraba por detrás, sus tetas mojadas deslizándose contra el cristal empañado. Sexo en la ducha en su máxima expresión, un festival de sexo resbaladizo, sucio y supersatisfactorio.