El marido observa, cámara en mano, cómo su esposa guarrilla es pasada de mano en mano como un regalo de fiesta. Los amigos hacen fila, con las pollas afuera, listos para follársela a lo bestia. Es un desastre gimiendo, disfrutando cada minuto, recibiendo pollas como una campeona. Esta es una esposa cachonda que nunca tiene suficiente.
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