Una agente inmobiliaria cachonda sabe cómo cerrar un trato, ofreciendo a sus clientes un polvo intenso para sellarlo. No solo vende casas, también ofrece tours eróticos, exhibe su culo en el dormitorio principal y chupa pollas en la cocina. Sus clientes no pueden resistirse a sus tetas, que rebotan mientras las cabalga hasta un dulce orgasmo. No es solo un trato, es un festín sexual.