Esa madrastra insaciable del otro lado de la calle siempre está pavoneándose, volviendo locos a todos los hombres. Hoy, presume sus enormes tetas y su jugoso culo en un bikini casi imperceptible, desfilando por su jardín como si fuera su casa de citas. Tiene ganas de que le metan una polla, y cuando ve a su vecino mirándola boquiabierto, se monta un espectáculo, tocándose el coño mojado ahí mismo, a la vista de todos. Esta zorra es pura lío, pero, caray, está buenísima.