Una hippie salvaje me conoció en Woodstock y resultó ser una ninfómana total. Implacable, lo quería sin parar. Tres días seguidos, nos cogimos como locos en el barro, detrás de tiendas de campaña, donde fuera. Sucio, sudoroso, un festín de sexo increíble. Mi polla no descansaba, era insaciable.