La hermanastra y su hermanastro no se quitan las manos de encima cuando no están sus padres. Están cachondos y listos para follar como conejos. La casa está vacía, no hay moros en la costa, y estos dos están a punto de hacerlo como si no hubiera un mañana. La hermanastra se arrodilla y empieza a chupársela a su hermanastro como una profesional, poniéndolo más duro que nunca. Entonces llega la hora de un polvo duro en el sofá de la sala, con la hermanastra gimiendo y gritando de placer. ¡Esta es una reunión familiar que no te querrás perder!