Su hermanastra es una diosa, sí, y tiene una vena traviesa más ancha que el Gran Cañón. Esta zorrita guarrilla tiene gusto por lo salvaje, y no teme demostrarlo. Es una descarada loca por el sexo, pavoneándose en lencería que haría pecar a un santo. Cada movimiento que hace es un baile seductor, cada palabra que pronuncia es un gemido. Es una maestra de la provocación, una reina del placer, y tiene la habilidad de hacer rogar a cualquier hombre.