Madison Wilde, una auténtica joya, se deja rellenar y llenar el coño de leche por la palpitante polla de Seth Brogan. Esta pareja cachonda se entrega como conejos, con Madison disfrutando cada centímetro como una campeona. La habitación se llena con el sonido de carne contra carne mientras Seth la embiste sin descanso, dejándola gimiendo y pidiendo más. Cuando finalmente se corre, es un final de corrida interna que deja el coño de Madison rebosante de satisfacción.