Una tetona recién llegada de Chicago, con poco dinero, recurre a la profesión más antigua del mundo. Desesperada y dispuesta, ofrece su cuerpo firme e inexperto por tan solo 20 dólares. El afortunado acepta la oferta y la folla a fondo en una habitación de motel barata. Sin romance ni lujos, solo sexo crudo y guarro con una guapísima joven de 18 años sin blanca. El sueño de un voyeur hecho realidad.