Patricinha, una morfosis ardiente de las favelas, suplica por un polvo alucinante en la cocina intacta. Se le pone la piel de gallina mientras su padrastro le entrega el producto, convirtiendo la cocina en un patio de recreo. Esta escena ardiente está llena de palabrotas y groserías que te harán apretar los pantalones. ¡Prepárate para un viaje salvaje y sudoroso!