A su hermanastra le apetece un poco de acción en la cocina. Un tipo le da a probar la fruta prohibida, justo en la encimera. Caliente, humeante y tan tabú, esta es una receta familiar que no olvidarán. Llena de pasión, los gemidos y gritos resuenan por toda la casa mientras se la dan como animales salvajes en celo. Esta no es la típica cena de Acción de Gracias, eso seguro.