Mi hermanastra y yo, relajándonos en el sofá para una noche de peli. Inocente, ¿verdad? Falso. Esta guarrilla anhela en secreto el amor de su hermanastro. La pillo babeando sobre mi bulto, mordiéndose el labio, suplicándolo. Me rindo, penetrando ese culo apretado como un maldito semental. Joder, está bueno. Nos ponemos salvajes, sin reservas. La emoción de que nos pillen nos alimenta. Anal, mamadas, lo que sea. Nada está prohibido mientras me corro en su agujero prohibido.