Estas dos fiesteras no pueden resistirse a la tentación de unas pollas negras enormes tras una noche de fiesta. Vestidas con sus diminutos conjuntos de discoteca, están listas para engañar a sus aburridos novios con hombres de verdad. La música sigue resonando en sus oídos mientras se ponen cachondas, gimiendo y gritando de placer. No te vas a creer las guarradas que estas guarrillas son capaces de hacer para conseguir su dosis de polla negra. Es un festival de sexo sin límites que te dejará con ganas de más.