Acalorados y sudorosos después del entrenamiento, estos hermanastros no pueden quitarse las manos de encima. Los casilleros se cierran de golpe y la ropa cae al suelo, dando paso a una sesión palpitante de pasión pura. Gruñidos y gemidos resuenan en el gimnasio vacío, llenando el aire de una lujuria carnal que te dejará con ganas de más.
The bottom guy’s low hangers when he goes to sit on the dick