Observé cómo Amirah Adara se ponía sus gafas sexys y se arrodillaba. Sabía cómo complacerme con la boca, haciéndome una mamada espectacular antes de montarme como una vaquera salvaje. Su cabello castaño ondeaba mientras gemía de placer. Era la personificación de la chica hardcore, dejándome con ganas de más.
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