Arruinada y desesperada, esta chica no puede pagar el alquiler. Sin embargo, el casero tiene una solución perversa. La embadurna de aceite, convirtiéndola en un desastre resbaladizo y sexy. El tipo se entrega a fondo, golpeándola como un maldito martillo neumático. No hay piedad para esta linda inquilina, solo un viaje duro y crudo.