Se sentó a horcajadas sobre mí, con sus habilidades amateurs evidentes mientras me montaba a lo vaquera. La rudeza de todo aquello me excitó muchísimo mientras sentía que mi orgasmo casero se intensificaba. Y entonces, sucedió. Me ofreció pastel y no pude resistirme al dulce capricho, lo que resultó en un final de creampie caótico.