Como guardia de seguridad de su edificio, tenía un lugar privilegiado para captar toda la acción intensa y excitante. Y vaya si lo captó, sacando su polla palpitante y acariciándola mientras el portero le lamía el culo a su inquilina. Era solo el comienzo de una noche llena de corridas y actividades eróticas por cámara entre la complaciente pareja.