Estaba sola, sintiéndome traviesa y cachonda. Encendí la cámara y empecé a juguetear, mirándome en el espejo. Quería que pareciera real, así que hice una porno casera solo para mí. Era material amateur, grabado desde mi punto de vista, solo puro deseo. No importaba quién me esperara en la puerta, necesitaba liberarme y nada me lo impediría.