Cuando el padrastro de mi hijastro no está, me preparo para su llegada. Me desnudo y me dejo llevar por el deseo. Mis manos rozan cada centímetro de mi cuerpo tenso. Mi puerta se abre y el olor a sudor me invade. Lo dejo entrar y se abalanza sobre mí con un hambre que solo un joven puede tener. Follamos como animales, y nada más importa.