Tuve una noche salvaje con esta pelirroja ardiente. Era una aficionada, pero ¡caramba!, sabía cómo montarme en vaquera y cómo recibirlo duro a cuatro patas. Y cuando estaba listo para correrme, me chupó la polla con entusiasmo antes de que la penetrara en su coño mojado. Sin duda, valió cada centavo.