Mi insaciable chica no se cansaba de mí, incluso después de que me corriera. Siguió frotándose y retorciéndose contra mi polla hasta que tuvo su propio orgasmo intenso. Esa belleza japonesa sí que sabe cómo dejar seco a un tío con su estrecho coño. Y, por supuesto, una corrida final fue la única manera de terminar nuestra sesión hardcore.
6:39
9:54
5:57