Tenía la casa para mí sola con mi guapa hijastra, Chloe Cooper. Llevaba lencería de encaje que dejaba ver sus curvas y un poco de vello púbico. Ambas sabíamos que era tabú, pero la química era demasiado fuerte como para resistirse. La cosa se puso candente; digamos que no nos quedamos solas en casa mucho tiempo.