No pude resistir la seducción de mi hijastra. Me rogó que la tomara por detrás y obedecí, llenándola hasta que no pude contenerme más y me corrí en su estrecho culo. Sus gemidos resonaron por la habitación mientras disfrutábamos de sexo real y apasionado. Sus curvas latinas me aceleraron el corazón, y ver su enorme trasero rebotar contra mí fue lo mejor de mi semana.