Jane Dro y Tokyo Leigh viajaron en Uber, excitadas y listas para jugar. Con juguetes caseros, exploraron sus cuerpos, incluyendo tatuajes y consoladores. Era amateur, pero muy excitante. Gemían y jadeaban, encontrando placer en sus deliciosos coños. El conductor del Uber no pudo resistirse a mirar por el retrovisor. Un viaje inolvidable.