Abigail Morris sabe ir al grano, sin perder tiempo con charlas sin sentido. Lo suyo son los negocios, y su negocio es meterse esa polla. Enroscará sus mechones ardientes alrededor de tus dedos mientras te ruega que la pongas a cuatro patas, y luego se subirá encima y te cabalgará como una vaquera salvaje. Pero tranquilo, con Abigail, siempre hay menos charla y más placer.