Ella gimió y suplicó por más, mientras la adolescente morena la penetraba con fuerza por detrás. Él la penetró con más fuerza y más profundo, embistiéndola hasta que ya no pudo contenerse. Con una intensa corrida interna, desató todo lo que tenía, llenándola por completo. Se estremeció y jadeó, la sensación se apoderó de su cuerpo de la forma más satisfactoria. Fue el polvo más intenso que jamás había experimentado, y no lo cambiaría por nada.