Estás de rodillas, adorando a una morena despampanante que te domina. Te pone en tu lugar, haciéndote someterte a todos sus caprichos. Eres suya, y ella disfruta muchísimo haciéndolo. Su punto de vista de femdom te hace sentir pequeño, mientras la adoras y te sometes a cada una de sus órdenes. Eres adicto a ella, y ella lo sabe. Te machaca la polla y el cuello, y te deja temblando y suplicando por más. Harías lo que fuera por ser su pequeño esclavo obediente.