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Nos encontramos jugando online, y la competencia se puso más intensa de lo esperado. Sin darnos cuenta, ya estábamos en las posiciones de vaquera y perrito. La mamada que me hizo fue tan buena que no pude contener la eyaculación. Ella estaba igual de ansiosa y me lamió el coño hasta que llegué al orgasmo. Pero aún no habíamos terminado. Nuestra aventura de sexo en grupo había llegado a su clímax, y estábamos listos para nuestro "destino final".