La madrastra Lacey Starr nos regaló el máximo placer con sus exuberantes mechones rubios, sus suaves y grandes tetas y sus redondeadas curvas de mujer gordita. Fue un trío apasionado con otra mujer gordita madura a quien le encantaba acariciar sus enormes pechos. La bomba británica sabía cómo cabalgarnos y chuparnos hasta dejarnos exhaustos.