Giselle Palmer, una morena sensual, necesitaba que le arreglaran el trasero y obtuvo más de lo que esperaba. Cabalgó en la posición de vaquera y abrió las piernas para el misionero mientras sus habilidades de garganta profunda eran puestas a prueba. Le arrancaron las medias mientras la besaban y la penetraban por el culo.