No me importó la protección cuando hundí mi polla dura en su coño húmedo. Sus gemidos de placer me volvieron loco. Era tailandesa y japonesa, una mezcla perfecta de belleza asiática. No pude resistirme a correrme a pelo, sintiendo cada centímetro de su estrechez. Ningún condón se comparaba con la sensación de sentir su semen en mi polla.
4:56
12:55
4:02
12:00