Observa cómo la obsesión de Kelsey exige que su esclavo lama y coma sus sudorosas axilas, culo y coño. Su fetiche por ser adorada la vuelve loca de placer. Se deleita con la sensación de su lengua siendo adorada y lamida hasta dejarla limpia. Sus gemidos llenan el aire, mientras su esclavo complace obedientemente todos sus deseos. La recompensa máxima para su leal sirviente es el placer de servir a su ama hasta el final.