Una chica guapísima me hizo palpitar el pene con fuerza mientras lo chupaba con sus suaves labios. Sus manos acariciaban mi cuerpo, provocándome hasta que no pude aguantar más. Descargué una carga enorme sobre su preciosa cara y ella se la tragó con una sonrisa. ¡Rayos, qué bien se le da hacer sexo oral!