Mi comadre y yo abrimos unas cervezas y, de repente, empezó a frotarse el trasero con vitacilina. Su mirada me indicó que era viernes de sexo anal, y ella lo sabía. Probamos el sexo anal y cambiamos a perrito y vaquera. El vídeo amateur que grabamos era demasiado excitante como para no compartirlo.