Nina Hartley, de 60 años, intercambia una mamada alucinante por una polla negra enorme. Sus enormes tetas rebotan mientras se la mete hasta el fondo; por fin consigue la acción interracial que anhela de un semental bien dotado. Madura, experimentada y cachonda como un loco, Nina sabe cómo trabajar esa polla y se nota en cada gemido.