No podía creer lo que veía cuando mi curvilínea hermanastra quedó encajada entre la cama y la pared. Lo vi como la oportunidad perfecta para meterle mi polla hasta el fondo, haciendo que sus enormes tetas rebotaran salvajemente mientras me montaba en posición vaquera. ¡Maldición, ese culo era demasiado grande para tocarlo!