Mi trasero nunca volverá a ser el mismo, pero ni siquiera puedo gritar porque mis padres están afuera. El tipo que lo hizo fue tan bueno que ahora me siento como una diosa sexy. Realmente sabía lo que hacía, explorando cada centímetro de mí, especialmente mi pequeño y prieto trasero. Sin duda, una experiencia que no olvidaré.