Coqueteé con el atractivo repartidor de ifood y terminé recibiendo más que solo mi pedido. Will Mastro tenía un paquete grande y sabía cómo usarlo. Una amateur rubia como yo no pudo resistirse a hacerle una mamada húmeda. Me embistió el coño apretado y joven hasta que gemí pidiendo más. Puede que me robara la cartera, pero me fui sintiéndome satisfecha en más de un sentido.