En una salvaje sesión de femdom, mi sumiso tuvo que obedecer todas mis órdenes. Primero, le di un enema de leche mientras le provocaba arcadas y le hacía una garganta profunda. Luego, dejé que mi baba goteara en su boca mientras se la tragaba toda. Finalmente, lo hice gritar mientras le daba duro por el culo. Fue una noche intensa y fetichista de placer.