No pude resistirme a las deliciosas curvas de mi hijastra, sobre todo cuando estábamos solas en la noche de cine. Con sus mechones rojos intensos y sus enormes tetas, mi mamada en primera persona fue un sueño hecho realidad. ¿Y su enorme trasero rebotando sobre mi polla dura? Tabú, pero demasiado irresistible para detenerlo. El pecho de Bess era una chica afortunada.