Un soldado estadounidense cachondo vio a una musulmana barriendo el suelo y no pudo resistirse a su enorme trasero. Sacó su enorme polla y la embistió con fuerza, mostrándole su propio trasero. Ella gimió y se retorció, rogando por más mientras él le daba la cogida de su vida. ¿Quién iba a pensar que limpiar podía ser tan sucio?